La igualdad de oportunidades en el mercado laboral implica que no existan barreras sistémicas que impidan a las personas acceder a un empleo o progresar en su carrera profesional.

Esto implica garantizar que los programas de educación y formación sean accesibles para todos, y que los empresarios ofrezcan igualdad de acceso a las oportunidades laborales y un trato justo en cuanto a salario, ascensos y prestaciones.